Te echas y te echas sobre el mat. La profesora te guía los primeros minutos para que sueltes todo tu cuerpo. Te preguntas ¿qué debo sentir?
Savasana tiene un primer estado: la relajación. Conseguir ese primer estado puede ser un gran reto para muchas personas. Así que si consigues ese primer estado, considera que has avanzado bastante. El cuerpo estará quieto y sin tensiones y, podrás extender esa quietud a la mente. Sin embargo, es normal que en esta etapa lleguen pensamientos. Cada vez que esto pase, regresa a las sensaciones de la respiración.
Una vez lograda la relajación, recién podrá iniciar el estado de Savasana. Sentirás balance durante la postura y, no necesitarás hacer otra cosa, excepto mantenerte en ese estado. En este momento los pensamientos no son frecuentes.
En el yoga restaurativo solemos practicar Savasana por 20 minutos como mínimo. La postura se sostiene por largo tiempo gracias a accesorios que sostienen el cuerpo y logran su total comodidad. Los primeros 15 minutos son para entrar a un estado de relajación y los últimos 5 minutos son para entrar en Savasana. Gracias al yoga restaurativo la mente encuentra su total quietud y el cuerpo su total relajación.
No te preocupes si al inicio el cuerpo quiere moverse y la mente se dispersa. Una vez que
experimentes Savasana, te encantará esta postura y no querrás hacerla por menos de 20 minutos. Te encontrarás en estado de “santosha”, traducido como plenitud. El estado en el que no somos capaces de lastimar a otros ni a nosotros mismos.
Namasté