¿Conoces las posturas invertidas? También conocidas como inversiones, son posturas amadas por algunos y temidas por otros. Sigue leyendo para conocer más acerca de ellas y cómo practicarlas de manera segura para tu cuerpo.
¿Qué es una postura invertida?
Se considera invertida a cualquier postura en la que el cerebro queda por debajo del corazón.
Las inversiones presentan muchos beneficios para la salud, ya que aportan sangre nueva y oxigenada al cerebro y al tronco, invirtiendo los efectos de la gravedad y el flujo sanguíneo.
Para el maestro B.K.S. Iyengar, el cráneo encierra el cerebro, el cual controla el sistema nervioso y los órganos de los sentidos, siendo la sede de la inteligencia, del conocimiento, de la capacidad discriminativa, de la sabiduría y del poder. De esta manera, las posturas invertidas aportan un cerebro sano, aumentando su irrigación, mejorando la capacidad de concentración, y balanceando el sistema nervioso. Así mismo, aportan vitalidad y armonía, equilibran el sistema hormonal y calman la mente.
Sirsasana
Los libros antiguos consideran a Sirsasana (parada de cabeza) como el rey de todas las asanas. La práctica regular de esta postura hace circular una corriente de sangre pura y sana a través de las células cerebrales, rejuveneciéndolas y permitiendo que las ideas y pensamientos tengan mayor claridad.
Además, asegura un aporte de sangre adecuado para el riego de las glándulas pituitaria y pineal del cerebro, promoviendo su crecimiento, salud y vitalidad. En palabras del maestro B.K.S. Iyengar: “la práctica regular y precisa de Sirsasana desarrolla el cuerpo, disciplina la mente y ensancha los horizontes del espíritu.”
Salamba Sarvangasana
Por otro lado, se considera a Salamba Sarvangasana como la madre de las asanas, y es capaz de brindarle al organismo armonía y bienestar. Esta postura actúa directamente sobre las glándulas tiroides y paratiroides, situadas en el área del cuello, permitiendo que aumente la aportación de sangre y facilitando su correcto funcionamiento.
La práctica continuada de esta asana permite que la sangre sana circule por el cuello y el pecho, aliviando síntomas como palpitaciones, sensación de ahogo, asma, bronquitis, dolores de cabeza. Así mismo, esta postura tiene un efecto calmante en el cerebro y relaja los nervios, aportando a quienes padecen de hipertensión, irritación e insomnio.
“No es exageración el decir que si una persona practica regularmente Sarvangasana, se sentirá con nuevo vigor y fuerza, y estará alegre y confiada. Fluirá por su interior nueva vida, la paz reinará en su mente y sentirá la alegría de vivir” (B.K.S. Iyengar).
Recomendaciones
Tanto Sirsasana como Salamba Sarvangasana son posturas con grandes beneficios para la salud que requieren cierto grado de movilidad y conciencia corporal. Es por ello que es ideal practicarlas con accesorios de yoga como la silla, bloques y/o pared que brinden soporte y confianza, además de permitir sostener la postura por periodos más prolongados.
Es importante tomar en cuenta que estas posturas están contraindicadas para condiciones como hipertensión, glaucoma, lesiones cervicales, entre otros; así como durante los días de menstruación. Te recomendamos realizarlas bajo supervisión de un profesional cualificado que pueda guiarte de manera progresiva y segura para tu cuerpo.
Recuerda siempre escuchar a tu cuerpo, ir paso a paso y divertirte en el camino.
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